18/3/2008 -
En su diálogo con AM-530, Rapaport sostuvo que el actual es "sin duda un paro que tiene referencias históricas. El tema de las retenciones a las exportaciones que afectan al agro se dio muchas veces en la historia argentina. Sin embargo en pocas ocasiones los productores reaccionaron como ahora. El más recordado fue durante el gobierno de Perón, cuando una confrontación muy fuerte entre el campo y Perón por varias medidas adoptadas, como el estatuto del peón rural hasta el congelamiento de los arrendamientos". Sin embargo Rapaport fue contundente cuando recordó que en años sucesivos también tuvieron protestas pero menos violentas. “En gobiernos liberales como el de Frondizi o con ministros como Alsogaray, en el 63 durante el gobierno de Illia y el plan de Krieger Vasena en el 67 que aplicó fuertes retenciones al agro, las protestas de los ruralistas se dieron en forma muy mitigada. En el caso de Krieger Vasena hay que recordar que pertenecía al establishment y por lo tanto no fue tan condenado” afirmó Rapaport. Agregó que en este tipo de reacciones, confluyen factores políticos e ideológicos e intereses de diverso tipo. “La reacción del campo no es la misma según el tipo de gobierno involucrado, como no fue la misma respecto de Martínez de Hoz que aplicó la devaluación del peso que perjudicó al agro ni con Menem y la convertibilidad que también tuvo efectos negativos. Ahí tampoco hubo reacciones tan violentas”.
Para Rapoport, “hoy las retenciones tienen características muy particulares. Por ejemplo, son móviles, cosa que en última instancia es más interesante para el agro porque si los precios internacionales descienden también bajan las retenciones. Además son diferenciadas, afectan más a los sojeros, porque el gobierno quiere desalentar el dominio de la soja y tratar de que haya mayor diversificación productiva para beneficiar a otros cultivos”. En su diálogo con AM 530, Rapaport sostuvo que en definitiva “el nudo de la cuestión es que las retenciones son absolutamente necesarias desde el punto de vista de la justicia fiscal ya que los altos precios internacionales de los granos y oleaginosas no se refleja en el plano fiscal. Y además hay que tener en cuenta la cuestión inflacionaria porque como la mayoría de los exportaciones son alimentos de consumo habitual, cualquier aumento en los precios internacionales repercute de manera inmediata en el mercado interno, y este proceso se controla aunque sea parcialmente a través de las retenciones porque impiden que esos precios suban más de lo razonable. Entonces, estamos hablando de una medida necesaria desde todo punto de vista y que además se aplica en muchos países” concluyó.
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