lunes, 28 de enero de 2008

la vida es un yogur

si uno sigue las campañas publicitarias
que a diario invaden nuestra casa
con anuncios rimbombantes prometiéndonos
estar más sanos o ser más esbeltos,
creería que la única manera de vivir
es comer un yogur de la botellita chiquita como desayuno,
un par de los que te "regularizan" como colaciones,
y otro par por las dudas
porque tienen un montón de beneficios
sin los cuales te irías arrastrando por ahí,
dando lástima por el mundo.

la propaganda es así
nos genera necesidades ficticias,
apetencias que nunca se nos hubieran ocurrido
y nos miente descaradamente desde un pulcro uniforme
de médico, farmacéutico o investigador
que esta leche tiene menos bacterias que ninguna otra
porque el proceso de pasteurización es más perfecto que el de cualquier otra,
que el agua de esa botella de etiqueta vibrante es más pura que la pureza divina o
que ese jabón que te lleva un cantante a tu casa
o te hace pasear por el país buscando desafíos
es el único que puede limpiar la mugre de tu ropa y
de tu alma

es simple sólo basta con que cuando vayas al supermercado
pongas en tu carro esas marcas mágicas para sentir que tenés un presente y un futuro
esa es la felicidad, la te prometen todos los días
y que nunca, nunca en la vida alcanzás.

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